CAER EN LO MÁS HONDO

                                                                                  

 

Siempre tenía en mi cabeza a una chica delgada, esbelta, de buen ver, guapa...pues era lo que la sociedad siempre inculcaba a los adolescentes, que teníamos que ser de una forma u otra, todos por igual y sin diferencias, y la persona que fuese diferente iban a por ella, sin miramiento alguno, sin compasión, siendo lo más cruel que se pueda...

Mi cabeza por un lado quería ser esa chica delgada, pero por otro lado se imponía el NO PUEDO, cuando una persona tiene una gran lucha por delante , lo primero que piensa siempre es NO PUEDO, no lo voy a lograr, no seré capaz, no me voy a ver como quiero, no soy fuerte...Pero por qué somos así con nosotros mismos?, muy sencillo, preferimos darnos por vencidos antes de tiempo, que intentarlo y ver que puede llegar a pasar al final de nuestra batalla, tenemos más miedo al fracaso que a la victoria, y no debería ser así, porque todos en nuestro interior llevamos esa llama, ese guerrer@ que con nuestra ayuda interna sería capaz de lograr hasta lo impensable.

En mi vida, llegó el día en el que me rendí por completo, me rendí a tal nivel, que aún recuero estar tumbada boca abajo en mi cama con el siguiente pensamiento: No vale la pena seguir disimulando que estoy bien, que soy feliz, si para este verano ya voy a morir, estoy tan gorda que en cualquier momento me va a dar un infarto y se va a acabar este sufrimiento y estar en este cuerpo tan odioso que no me deja ser quien verdaderamente quiero ser. Me rendí, no pensé en nada ni en nadie, y mira que tenía motivos para luchar, como: Mi familia, mi perrito,los paseos por el campo,encontrar el verdadero amor...Pero nada de eso lograba sacarme del abismo en el que yo sola me había hundido.

A la misma vez, había una pequeña llama en el fondo de todas mis cenizas que quería intentarlo, pero prefería rendirme y no intentarlo, pues tenía asumido que fracasaría; pero, llegó un ángel con alas de hierro que me hizo avivar esa pequeña llama para hacerla lo suficientemente fuerte como para intentarlo una vez más, con estás palabras: Que pasa contigo, ya te has rendido?, que quieres dejarme en esta vida sin mi niña, sin mi Gemma?, con quién me voy a pelear yo si no es con mi hija mayor, que voy a hacer yo sin ti en mi vida?...Palabras muy duras que dejaron hundida por varias horas, horas en las que reflexioné y me hicieron ver que era importante en este mundo y que debía intentarlo una vez más, por mi y por todos los que me rodean y todos mis sueños y mis metas.

Puede sonar fácil, pero no lo es, no es nada fácil desprenderse de esa piel amarga y áspera que ya estaba adherida a mi, para quedar frágil y vulnerable ante el mundo y luchar ,luchar con toda la fuerza que empezó a crearse en esa llama que se hacía cada vez más grande y más fuerte, para luchar por lo que muy en mi fondo es lo que quería.

Me aferré a esa llama, esa guerrera mía interna y empecé a luchar, muy poco a poco, con paso firme para ir logrando mis objetivos.

Partía de 170Kg, mi primer objetivo: Perder 20Kg...