EL DESPERTAR DE MI LLAMA

  A mí misma me puse la prueba más difícil en el comienzo de esta larga y gran batalla; aún recuerdo el gran favor que les pedí a mi madre y mi hermana... Llegué una noche cualquiera después de clase y les dije a ellas: Os voy a invitar a cenar está noche, pero tenéis que hacerlo delante de mí. A mí me encantaba y me encantan las hamburguesas del Burguer King, pienso que comer una de vez en cuando no está mal; pues lo que procedí a hacer fue comprarles a cada una un menú de las nuevas hamburguesas, con queso por encima y todo; me daban mucha envidia, pero necesitaba superar esa gran batalla interna mía. Pues, llevaría tres o cuatro días con el comienzo de mi cambio y yo necesitaba hacerme de hierro frente a las tentaciones, por lo que ahí me vi, frente a ellas, cenando las tres juntas, ellas sus hamburguesas y yo mis tres rodajas de piña en jugo al natural; en mi cabeza los pensamientos que había eran: vamos preciosa, tú puedes y lo sabes, algún día tú te la comerás, pero ahora ne...

  Llegas un día, con algo de esperanza, aunque con el NO, en la cabeza, a una tienda de ropa, esperando comprarte los primero pantalones vaqueros de ese verano tuyo, verano en el que estás luchando con uñas y dientes por dejar atrás toda la mala vida que te has creado sin darte cuenta. Personalmente, yo, cuando entré en la tienda de ropa, miraba todas las prendas a lo primero con negación, pues pensaba que si asimilaba que no me estaría bien, no sufriría una decepción, pero querido amigo lector, no es así, hay que ser SIEMPRE positivos, pues lo malo ya viene solo. Cogí dos pantalones vaqueros, uno azul y otro rosa...Logré uno de mis sueños, entrar en ellos, así que, me los compré, junto con algunos jerseis muy llamativos; pero al llegar a casa, me daba vergüenza salir a la calle con el pantalón rosa, pues era muy cortito y muy atrevido para mí, NUNCA me había puesto en mi vida un pantalón vaquero corto en verano, eso para mí era un mundo, normal que pensara eso... Pero hay que co...

  Estar en la cocina y tener en la mente un pensamiento incontrolable, que se apodera de tu sensación de hambre, empiezas a sentir dolor en el estómago, y piensas que tienes mucha hambre, que necesitas comer; sabes perfectamente lo que puedes comer; pero tu cabeza empieza a apoderarse de ti: ese chocolate está buenísimo, si lo coges no pasa nada, pero que sea bastante...Y así con todo lo que sabes que no debes comer, si tu objetivo está claro. Empiezas a sentir que eres débil y que vas a flaquear, que lo más fácil es caer en la tentación y comer lo que te apetece, a pesar de que no puedes; pero entonces recuerdas hasta dónde estás llegando, todo lo que has logrado, sabes que te vas a sentir mal si comes eso... Entonces escuchas a tu llama interna, coges todas las fuerzas de tu alma, y comes lo que sabes que está bien, una pieza de fruta o dos, las que quieras, cosas sin azúcar, frutos secos naturales, yogurt...Te lo comes con una sensación de victoria, euforia, alegría, orgullosa...

  Despertar por la mañana queriendo morir, con apenas diez años, eso es lo peor de este mundo, que no se lo deseo a nadie, absolutamente a nadie, ni a mi peor enemigo... A continuación, voy a describir desde mi humilde experiencia, lo que es tener la jodida mala suerte de sufrir bullying. Tener unos seis años y ver como el 80% de tu clase se ríe de ti, por algo que no entiendes, ni ves normal, es algo que perturba la mente de un niño, pero aún te sientes bien, porque no le das mucha importancia, tienes amigos y eres feliz, inconsciente de lo que pasa a tu alrededor, hasta que un día, estás corriendo en una clase de gimnasia y llega un niño por detrás y te empuja, por simple gusto, que te destroza el codo y los profesores no hacen nada al respecto, ni te curan; ¿por qué no se le da la importancia que se necesita?, ¿o es que se le tiene tanto miedo al bullying que no se quiere reconocer? En mi vida pasan los años y siempre tengo esos tipos de desprecios, vejaciones, insultos: “Gord...